Un entorno de trabajo saludable es fundamental para el bienestar y la productividad de cualquier equipo. Sin embargo, existen riesgos silenciosos que pueden comprometer la seguridad de nuestras oficinas y despachos. Uno de ellos es la Legionella, una bacteria que puede causar enfermedades respiratorias graves y que encuentra en ciertos sistemas de agua de los edificios un caldo de cultivo ideal. En este artículo, te explicamos todo lo que necesitas saber para prevenir la legionella en tu lugar de trabajo y garantizar un espacio seguro para todos.
¿Qué es la legionella y por qué es un riesgo en las oficinas?
La Legionella pneumophila es una bacteria presente de forma natural en ambientes acuáticos. El peligro surge cuando esta se multiplica en sistemas de agua artificiales, como los de los edificios, y se propaga a través de aerosoles, es decir, pequeñas gotas de agua suspendidas en el aire que podemos inhalar.
Las oficinas y despachos, aunque a primera vista no parezcan lugares de alto riesgo, cuentan con instalaciones que pueden favorecer la proliferación de esta bacteria. Los sistemas de climatización (torres de refrigeración y condensadores evaporativos), los sistemas de agua caliente y fría sanitaria, los humidificadores e incluso las fuentes decorativas pueden convertirse en focos de contagio si no se mantienen adecuadamente. La enfermedad del legionario, la forma más grave de infección por legionella, es una neumonía que puede llegar a ser mortal, de ahí la importancia de una prevención rigurosa.
Marco legal: el Real Decreto 487/2022
En España, la prevención y el control de la legionelosis están regulados por el Real Decreto 487/2022, de 21 de junio. Esta normativa establece los requisitos sanitarios que deben cumplir las instalaciones para minimizar el riesgo de proliferación y diseminación de la bacteria. Es fundamental que los titulares de las instalaciones, es decir, los propietarios de los edificios de oficinas o los responsables de las empresas, conozcan y apliquen las directrices de este real decreto.
La normativa obliga a realizar una evaluación del riesgo de cada instalación y a elaborar un Plan de Prevención y Control de Legionella (PPCL) o un Plan Sanitario frente a Legionella (PSL). Estos planes deben ser específicos para cada centro de trabajo y contemplar todas las medidas necesarias para garantizar la seguridad del agua.
Puntos críticos y medidas de prevención en la oficina
Para mantener a raya a la legionella, es crucial identificar los puntos críticos en una oficina y aplicar las medidas preventivas adecuadas.
Sistemas de agua sanitaria (fría y caliente)
Las redes de tuberías de agua de consumo son uno de los principales focos de riesgo. Para un control eficaz, es necesario:
- Control de la temperatura: Mantener el agua caliente por encima de 50°C en toda la red y en los puntos terminales (grifos y duchas), y el agua fría por debajo de 20°C. Esto dificulta la multiplicación de la bacteria.
- Limpieza y desinfección: Realizar limpiezas y desinfecciones periódicas de toda la red, incluyendo depósitos, acumuladores, grifos y duchas. Es especialmente importante desmontar y limpiar los difusores de grifos y duchas, donde se acumulan sedimentos y biopelículas.
- Evitar el estancamiento: El agua estancada es el mejor amigo de la legionella. Se debe asegurar una correcta circulación del agua en toda la instalación. En zonas de poco uso, como baños de visitas o áreas poco concurridas, es recomendable purgar los grifos y duchas semanalmente, dejando correr el agua durante unos minutos.
Sistemas de climatización y humidificación
Los sistemas de aire acondicionado, especialmente las torres de refrigeración y los condensadores evaporativos, son considerados instalaciones de alto riesgo. La prevención en estos sistemas incluye:
- Mantenimiento profesional: Contratar a una empresa especializada para que lleve a cabo el mantenimiento, la limpieza y la desinfección de acuerdo con la normativa.
- Tratamientos del agua: Aplicar tratamientos biocidas y antiincrustantes en el agua del circuito para evitar la formación de biopelículas, el hábitat de la legionella.
- Revisión de humidificadores: Los humidificadores, a menudo utilizados para mejorar el confort en ambientes de oficina secos, también deben ser limpiados y desinfectados con regularidad.
La importancia de un plan de mantenimiento profesional
La prevención de la legionella no es una tarea que deba tomarse a la ligera ni dejarse en manos inexpertas. La legislación vigente exige que las actuaciones de limpieza y desinfección sean realizadas por personal con la formación requerida.
Contar con una empresa especializada como Trakta garantiza el cumplimiento de la normativa y la correcta ejecución de los tratamientos. Un plan de mantenimiento profesional incluirá:
- Una evaluación inicial para identificar los puntos de riesgo en la oficina.
- El diseño e implantación de un PPCL o PSL a medida.
- La realización de limpiezas y desinfecciones periódicas.
- Toma de muestras y análisis en laboratorios acreditados para verificar la ausencia de la bacteria.
- Un registro detallado de todas las actuaciones realizadas, tal y como exige la ley.
La prevención de la legionella en oficinas y despachos es una responsabilidad crucial para garantizar un ambiente de trabajo seguro y saludable. Conocer los riesgos, cumplir con la normativa y confiar en profesionales para el mantenimiento de las instalaciones son los pilares para proteger la salud de todo el equipo.